En contraste con el cielo gris que impera casi todo el año en Lima, las mariposas monarca (muy comunes allí), con su naranja vibrante, eran como una sacudida amistosa en medio del adormecimiento. Encontrarlas por sorpresa en medio de un día soso o de una situación deprimente, era como ver una ventana de luz recordándome que la belleza existe. Se volvieron para mí como mensajeras de esperanza, pequeños destellos de belleza animándome a abrir los ojos un día más. Tejían con sus alitas un puente entre mi mundo interior y el presente que me tocaba vivir y en el que tantas veces me dolía habitar.

Acuarela sobre papel 300 gramos 100% algodón. (2024)

Tamaño: 76x56cm